La maternidad diezma los ingresos de las mujeres (Coordinadas 2018)

Un sistema que pide a gritos un cambio de paradigma
Fotos de la galería e interiores: Noemí Martínez. 

Los ingresos femeninos se ven diezmados por la suma del nacimiento del primer hijo y la escasa implicación paterna en su cuidado. Al menos eso reza un estudio danés mencionado en la segunda edición de Coordinadas, Jornada de Emprendimiento y Empoderamiento de las Mujeres de Zaragoza.Unos datos que confirman lo que ya es sabido popularmente y que hoy día necesitamos sustentar en números. Los hijos parece que siguen siendo cosa de mujeres, o al menos eso manifiestan mediante los hechos aquellos que los engendran. Hagan lo que hagan mujeres tras el parto (volver al puesto de trabajo o no) lo cierto es que todo lo que tiene que ver con niños y hogar sigue estando en nuestra área de decisión. Es nuestro “paquete” no buscado.

Esta conclusión está basada en un estudio danés presentado en el marco de Coordinadas 2018. La cita, que tuvo lugar el 15 de noviembre de 2018 en Zaragoza, sirvió para la puesta en común de las conclusiones derivadas de los tres Cafés Profesionales que se han desarrollado durante 2018 en Ciem Zaragoza. Estas reuniones fueron convocadas por Initland, organizador de Coordinadas, y se centraron en tres temas: “Mujer, Ciencia y Tecnología”, “Brecha Salarial” y “Conciliación”.

Los Cafés Profesionales de Initland se desarrollaron en Ciem Zaragoza y tuvieron como objetivo analizar y buscar soluciones a las circunstancias adversas que viven las mujeres en distintos ámbitos. Las que salieron del Café de “Brecha Salarial” fueron presentadas en Coordinadas por Víctor Montuenga, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza.

En la presentación de conclusiones y posibles acciones del Café de “Brecha Salarial” surgieron datos conocidos, pero no por ello menos descorazonadores. Uno de ellos, y el que peor solución tiene: el nacimiento de los hijos diezma los ingresos y como consecuencia, las pensiones de jubilación, de las mujeres. Sin embargo, los de los hombres se mantienen intactos. Es decir, en términos mundanos, los hombres no se hacen cargo de una responsabilidad compartida al 50%, y eso tiene como consecuencia que, bien sus parejas o bien las abuelas de los niños, paguen el pato.

¿Por qué las abuelas? Porque ante el nacimiento de los niños las madres suelen verse ante dos opciones vitales: o volver al puesto de trabajo o encargarse de casa e hijos en exclusiva. Y esto genera diferentes escenarios:

  • Si se vuelve al puesto de trabajo: alguien tiene que cubrir las necesidades de los nuevos seres humanos (que pagarán las pensiones de los que ahora cotizamos. Ahora se habla de ellos como paquetes posicionables en guarderías, pero ellos serán los que manejen los hilos cuando nosotros seamos ancianos. Así que imaginad qué harán con nosotros…). Para que salga a cuenta, esa responsabilidad tan enorme y delicada suele caer en personas que la asumen sin contraprestación económica: las abuelas y abuelos.

Aquellos que no tienen esa posibilidad o no quieren que sus padres se hagan cargo de una responsabilidad que no les corresponde, tiran de guarderías. Con el correspondiente gasto (que no todo el mundo puede asumir) y con el correspondiente coste para el niño (un ser humano que apenas ha tocado este mundo y ya pasa más horas que sus padres lejos de sus seres queridos). La última opción es la de contratar una persona que supla a los padres, algo que, si hace conforme a la ley, está fuera del alcance de la mayoría.

  • Si se vuelve al puesto de trabajo a media jornada o no se vuelve: en este caso el coste para el niño es bajo o nulo, pero para la persona que toma esta decisión (según las cifras, mujeres casi al 100%) es considerable: reducción de ingresos y pensión de jubilación escasa.
    En definitiva, ninguna decisión es inocua.

Liderazgo femenino

Coordinadas 2018 sirvió para presentar las conclusiones de los cafés profesionales de este año, pero también para la búsqueda de nuevos caminos. Para ello Initland organizó la mesa redonda denominada “Cómo potenciar el liderazgo de las mujeres en la Escuela, Universidad, Empresa y Familia”.

A lo largo de la charla se pusieron sobre la mesa diversos puntos de vista al respecto de las cuestiones que condicionan el liderazgo femenino, aunque se echaron en falta soluciones. Al menos, pragmáticas. La falta de mujeres líderes tiene múltiples causas, pero la que, a mi juicio lo condiciona todo son las responsabilidades familiares y el hogar. Como me aseguró hace veinte años una concejala en el Ayuntamiento de Barakaldo (en otro contexto totalmente distinto, nada que ver con conciliación ni liderazgo femenino), “no se puede tener el culo en dos asientos”. Es decir, si las responsabilidades familiares (niños, enfermos, ancianos…) llevan el 100% del tiempo físico y mental de una persona, es imposible que se dedique al 100% a otra cosa.

No creo que la solución venga por aparcar en instituciones (guarderías, residencias) a aquellos que nos impiden ganar dinero y medrar laboralmente (tanto a mujeres como hombres). Lo que creo firmemente es que es necesario un cambio de paradigma. Otra forma de hacer las cosas que permita el sostenimiento e independencia de todos los individuos, así como la puesta en valor del cuidado y de la posición en la sociedad de aquellos que no pueden generar liquidez pero tienen un enorme valor para todos: niños, ancianos y personas con diversidad funcional.

Todos tenemos un papel y un hueco en la sociedad, me niego a que mi derecho al trabajo conlleve la marginación de aquellos a los que amo y dan sentido a mi vida: mi hijo, mis padres, mis semejantes. Hay formas de hacer las cosas para que nadie se vea excluido y pague duras consecuencias por ello.

Pero, como diría Michael Ende, esa es otra historia y será contada en otra ocasión.

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